viernes, 8 de julio de 2016

'Que no tengas que ser ingeniero a huevo para poder sobresalir': Oliver Trauma

Por Carlos Dzul







 Tuve la oportunidad de entrevistar a este tatuador y escritor de graffiti  cardenense mientras trabajaba, durante el mes de marzo, en la Central de Abasto de Villahermosa, junto a varios colegas. Acá sus palabras...

Oliver

Yo siempre me he definido como un creativo. No soy artista. Soy escritor de graffiti, esa es la palabra. Y soy multidisciplinario. Ahorita mi fuerte es el tatuaje, pero desde muy joven me dediqué al graffiti. Primero el urbano, el street, que le llaman, y luego ya me fui profesionalizando. Hago interiores, exteriores. Rótulos, de vez en cuando. A todo le doy mi toque personal.
   De carrera soy diseñador gráfico. Tengo una especialidad en ilustración. Estudié en Xalapa, Veracruz, ahí radico actualmente, pero soy de Cárdenas, Tabasco. Me crecí en el barrio feo, por decirlo de alguna manera, comencé rayando ilegal. Si no pasas por ahí no valoras.


Proyectos

Tengo una agencia en internet llamada Polígono, en donde trabajo diseño institucional; murales para gobierno y empresas privadas.  Pero mi proyecto más fuerte se llama Boicot. Es una marca y una productora. Hay doce personas, de distintos estados de la República, bajo este sello. Trabajamos música, pintura y ropa. Maquilamos cds de algunos exponentes de rap y aperturamos espacios para gente que hace graffiti.
 


Tabasco

Aquí  nunca ha habido algo como una 'escuela'. Antes de nosotros no había nadie, o quizá sí, pero no se dieron a conocer.
     Carlos Pacheco (Muro Abierto) está haciendo una labor enorme, aunque no es de aquí.
     Hay gente que nos está abriendo espacios. La gente ha madurado. Aunque también hay personas muy cerradas que tratan de dañar la imagen del movimiento, que intentan censurarlo.


Freelance

Conozco muchos compas que en sus inicios eran supercallejeros y hacían puro desmadre y ahora están proponiendo cosas interesantes. Esto ocurre en varias partes. Puebla, D.F, Mérida, Guadalajara. Están surgiendo movimientos sociales muy chidos a partir de la ilustración y el graffiti, del diseño en general, pero en la onda freelance, dejando a un lado a las instituciones.
      Todos queremos poder vivir, y bien, haciendo lo que nos gusta. Que no tengas que estudiar a huevo algo relacionado con el petróleo, que no tengas que ser ingeniero a huevo para poder sobresalir. Puedes dedicarte a lo tuyo. Te va a costar más pero también lo vas a disfrutar más.




El tatuaje

Nunca me imaginé ser tatuador. No me veía en esto. Me daba un chingo de miedo porque es algo muy delicado, pero un amigo, que además era mi maestro,, me dijo: tú tienes el talento, la creatividad. Él  me regaló mi primer equipo. Ya tengo dos años haciéndolo y me ha salido bastante trabajo. Aunque no lo hago por dinero sino por una cuestión de solvencia cultural.
     Me la paso viajando, en el interior de Veracruz, y a otros estados, para promover mi trabajo. Llego a los estudios de amigos, como Leo (Loeza), en villa, que me dan chance de estar allí.
    Acabo de tener a mi primer hijo y lo mantengo de esto. Tengo mi casa, mi estudio. El tatuaje me lo da, la pintura. Es lo más padre, poder decir: yo pago las facturas con mi jale.



Estilo

Uno debe dejar de repetir las cosas que ya están hechas y educar al cliente para que no se haga siempre lo ' clásico', lo que está de moda. Hay que proponerle  algo, que sea tuyo pero que también le guste. Y que de aquí a cincuenta años pueda decir: esto vale lo mismo que cuando me lo hice a los quince.

martes, 19 de abril de 2016

‘ALGUNAS PERSONAS NO DISTINGUEN ENTRE UN BUEN TATUAJE Y UNO EQUIS’, ENTREVISTA CON EL TATUADOR TABASQUEÑO RUSSEL (URBAN STYLE)


Por Carlos Dzul
¿Cuáles fueron tus primeros tatuajes?

Mi primer tatuaje me lo hice yo mismo, para practicar. Fue una inicial, en el tobillo. Algo pequeño. El primero que me hizo otra persona es uno que tengo en el brazo. Fue un art-fusion. Me tatuaron al mismo tiempo dos camaradas. Tenía 19 años.
Cuando empezaste supongo que no había tanta información ni tantos recursos como hay ahora, 

¿Cuáles fueron las principales desventajas que tuviste que superar?

Yo empecé tatuando no porque quería sino porque mis amigos comenzaron con la calentura de los tatuajes. Como yo dibujaba me pidieron que hiciera uno. Antes practiqué conmigo mismo para ver cómo se sentía. Lo más difícil fue que no sabía con quién o dónde conseguir una máquina profesional. Empecé haciendo cositas entre la banda con máquinas caseras. Y estaba el problema de las agujas. Yo todo lo hacía con una sola, no sabía que había de varios tipos, con las que podías delinear y sombrear. Leí revistas. Ahí poco a poco fui aprendiendo.


Antes de tener este local en el centro de Villahermosa, ¿en dónde más habías trabajado?

Después de tatuar entre mis amigos, conocí a un carnal que tenía su propio estudio. Allí conocí lo que es una máquina profesional y seguí tatuando sólo por hobby, hasta que ese weyvio que mis chambas estaban dos-tres y me dio chance de trabajar con él. Su estudio se llamaba Canibal.  Después cambió de nombre a Body Steel. También trabajé en Toluca, en algunas ocasiones, pero a domicilio. Después abrimos Urban Style, primero en Aldama (Zona Luz). Desde enero estamos aquí en Zaragoza.

¿A qué tatuadores mexicanos admiras?

Te podría mencionar a varios. Pero principalmente a Robin Carpio por todo lo que ha logrado y porque es paisano, de Cárdenas. Él es uno de los que he visto que la han armado así chido y tiene un nivel chingón. Me gusta el trabajo de Will, de Mérida, igual por lo que ha logrado como tatuador y como empresario. Y pues hay un chingo más.


¿Qué diferencia notas entre la escena local tabasqueña y la de otros estados?

Aquí se van más por el costo y no aprecian tanto el trabajo de los artistas. Es lo que he podido ver. Algunas personas no distinguenentre un buen tatuaje y uno equis. Y todavía está mal visto. En otros lados la gente es más abierta. Cuando andas por la calle en el DF la gente ni te pela. Aquí sí te voltean a ver medio extraño y eso también influye en las personas porque muchos quieren tatuarse pero en un lugar donde no se vea, para no tener problemas en su chamba.

¿Tú has tenido algún problema por dedicarte a esto?

No. Aparte de que se te quedan viendo raro, no. Si volviera a nacer haría lo mismo.

Menciona a colegas de villa cuyo trabajo recomendarías.

Me gusta cómo trabaja Leo (Loeza), también Alexander (Tovar), el Monkey. También trabaja chido el Félix. El Gooty.


Este oficio se ha vuelto una moda y cada vez hay más tatuadores. ¿Qué opinas de esto?

Usar el término ‘tatuador’ está cañón. Nada más con que compres tu equipo y te anuncies ya te dices tatuador. Pero no es así. Yo veo las publicaciones de los weyes que se anuncian y preocupa un poco. Hay muchos que trabajan en su casa y lo hacen mal. No tienen ni siquiera los conocimientos de asepsia que se requieren para evitar el riesgo de una infección. Hay gente que los apoya porque cobran barato.  A nosotros hasta nos conviene porque luego vienen a arreglarse los tatuajes que les hacen, pero no es el caso. Lo bueno sería que para empezar se dieran cuenta de lo que es un buen trabajo y que no les costara tanto pagar por algo que van a llevar de por vida. No es que haya muchostatuadores. Lo que hay son muchospseudotatuadores.

¿Algún tatuaje que hayas hecho que recuerdes de forma especial?

Sí, hay uno especial que hice el año pasado, unos meses después de que habíamos abierto un local. Fue una Catrina. La hice en una etapa en que yo estaba bien relax y sentía que todo estaba yendo bien chido en mi carrera. Es de los mejores que he realizado. Mucha gente me comentó que le gustaba, que notaban un cambio notable en mi nivel, por eso lo recuerdo mucho.


¿Tienes algún estilo en particular?

No. Hasta lo que no me gusta hacer lo hago, porque al cliente lo que pida. En lo personal me gusta el estilo japonés tradicional. Y los trabajos en sombras estilo chicano, que casi no se lo hacen aquí pero disfruto cada que alguien me lo pide. Me gusta trabajar personalizando diseños, más que con dibujos ya hechos.

¿Cuáles son tus planes para este año?

Lo que quiero es chambear un chingo y poder salir a más lados. Tengo chance de ir a Veracruz, Cancún o Mérida. Quisiera ir a algunos de esos lados a tatuar.


lunes, 28 de marzo de 2016

RAC27SUR: EL GRAFITTI EN TABASCO (UNA PÁGINA)

Por Carlos Dzul

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Habla Siex:

1: CREW

Empezó formalmente ahí por el 2008. Al principio estaban el Mister, Wense yGraffer, que vivían en Cárdenas. El Mek, que siempre ha vivido en Villahermosa. Ralis, de Paraíso. El Soez, que estaba en Huimanguillo, con otra chava que se llamaba Vena. Un compa de Monterrey, que le decíanAzok.Peluche, que era más skate. Taki, Tania Kristel. Yo, de aquí, de Cunduacán. Éramos un bandón.
Luego salieron otros más chavitos. Killer, Scrap... Empezaron a haber muchos morrillos en Cárdenas que aplicaban RAC27SUR. Y a nosotros nos preguntaban qué onda. Como que a mucha banda le empezó a latir.
Después la mayoría de nosotros fuimos a estudiar a villa y nos empezamos a juntar al salir de la escuela. El Mister vivía en la 27, ahí rentaba, en el departamento de en medio, ya ves que son tres pisos. A veces llegábamos de noche. Nos quedábamos los fines de semana y se armaba el cotorreo. Salíamos a pintar, trazábamos una ruta. Qué hacemos, decíamos, no, pues vamos de 27 hasta Periférico, caminando, y agarramos por todo Tamulté. Llevábamos stickers, latas, íbamos rolando. De ahí dábamos la vuelta y regresábamos a 27. Así nos manejábamos.
            Ya éramos como tal un crew. Revolución de Artes Callejeras: RAC. Y el 27 es el número que tiene Tabasco en una lista de estados. Pero además dio la coincidencia de que el departamento quedaba en la calle 27.
           


2: CANCÚN

Lo que tenía El Chale es que era un compa que aplicaba RAC27 pero él estaba trabajando en Cancún. Aquí en Tabasco vivía entre Cárdenas y Cunduacán, pero se fue a Cancún y allá siguió haciendo grafitti.Aplicaba RAC27SUR y otras cosas, pero nos topaba mucho a nosotros. Ya murió. Lo atropelló un camión. Él marcó un parteaguas para nosotros por  un evento que hubo.
El Deken, otro compa, llegó un día y pintó un ratito allí, en la 27. Él también vivía en Cancún. Y luego decidió hacer un evento allá, y como allá también estaba el Chale, pues tuvimos un contacto. Yo podría decir que fue el primer evento donde aparecimos en el mapa del grafitti nacional, porque hubo un punto en que a Tabasco nadie lo conocía. Mucha gente así me dijo, que pasaban por aquí y veían que no había nada. Entonces vieron que acá sí había grafitti como tal. Eso fue un diciembre y representó el primer viaje de aventura de la RAC27. Estuvimos el Ralis, el Mek y yo. Te comento esto porque fue muy importante para nosotros, un boom que nos abrió muchas puertas, conocimos gente de Puebla, de Chiapas, de Tlaxcala, Mérida, y un montón más.



3: LA CASA 27

El Mister se fue aXalapa a estudiar y entró el Mek. Él rentó el piso de arriba y allí fue donde surgió el proyecto. La Casa 27 es una onda del Mek y de otra banda fuera de la RAC. Aunque todos estuvimos apoyándolo, el que pagaba luz y la renta, el que andaba pendiente de todo, era él. Yo digo que era el patrón.
            Con el Mek el rollo fue más abierto. Multidisciplinario. Todos los días conocías a gente nueva. Podías ver gente haciendo teatro, haciendo malabares, artesanías, veías a uno que pintaba, después veías a otra persona que no estaba haciendo nada, que sólo estaba platicando.
            Un día se decidió hacer un evento. Una expo, allí en la casa, de pintura, escultura, foto, etc, etc, etc. Un montón de cosas. Y se sacan las convocatorias, para el que quisiera estar. El Mek y Monquiqui (un cuate que se llama Erik) hicieron la convocatoria de foto, otros la de ilustración, yo estaba más clavado en el grafitti; se organizó un toquín,y empezó a suceder esa onda.
Mucha banda comenzó a llevar su material. Un día llegué y me dice Mek‘pues ahí están los cuadros’. ¡Y me enseña un montón!
Pasó lo que tenía que pasar, que fue un éxito.
No recuerdo exactamente cuándo sucedió, creo que un junio, pero ahí fue donde mucha gente conoció la Casa y a la 27SUR y supieron que estábamos haciendo cosas.
            Lo que más me gustó fue que podías ver a banda de regué, metaleros, banda rapera, de grafitti (me acuerdo que vinieron unos compas de Tlaxcala), de foto, de dibujo, había dj’ s, era como una unión de todo.
Y estuvo chido, pues.
            A partir de ese evento como que todo el mundo empezó a decir ‘La 27 es un lugar donde se pueden hacer cosas chidas para gente chida y libre’. Todo se relacionaba, alguien conocía a alguien que tú conocías y estando allí pues conocías a todos.
Después hubo más a eventos pero como este yo creo que no. Fue el éxtasis de la Casa, donde todo se juntó.




4: VARIA BANDA

Snibek. Era un compa que estaba en AFC, otro crew de grafiti, pero empezó a jalar con nosotros. Una vez pintó en el Parque La Venta, donde está la fuente. Nosotros tratábamos de hacer todo legal. Pero esa vez nos dijo lo que había hecho y nosotros, entre todos, le dijimos que estaba bien, que hiciera lo que quisiera, pero que tuviera cuidado, que se aplicara mejor en lugares donde no fuera a causar problemas, que lo evitara.
Lengua, Lengua de Serpiente o algo así. Hacía rap y a veces pintaba. Hizo de todo.
            Luxo, Taz y Twister estaban en Grijalva Squad, un grupo de raperos. En ese tiempo había un programa en la 94.9 que se llamaba Estudio Hip Hop, que lo conducía el Tincho. Allí es donde un día llegaron y empezaron a jalar.
            El Chars. Yo lo conocí mucho antes de conocer al Mister. Hacía break dance. Una vez organizó un evento nacional, aquí en Tabasco. Estaba muy metido en eso.
El Tincho se juntó con el Dren, elArcher, con el Agresor, con varia banda. Y ellos juntaron su crew, Sector Sur, y andaban mucho con nosotros pero se enfocaron más al hip hop, al rap. Después hubo un evento en el INJUDET y fue cuando los conocí. Yo llegaba porque hacían torneos de SK8 y daban mamparas para estar pintando. Eso ya tiene tiempo. Fue como en el 2006. Ahora cada quien anda en su onda.




5: EL MEK

Como siempre sucede, no sabes quién entra y quién sale. No faltaba que a uno le gustara algo y se lo llevara. Ese fue de los grandes pedos. Allí estaba el bandón y muchos no sabías ni quiénes eran. El Mek vio ya mucho desmadre y mucha de esa onda ya no le gustó. Él se había casado y tuvo un hijo y ya no quiso todo ese pedo. Vio que la banda se estaba azotando mucho y dijo: saben qué, mejor ya no. Porque sí llegó a tener problemas con la poli, que ya andaba checando ese rollo. Ahí que muera, dijo el Mek. Hace como cuatro años de eso.
Ralis pinta todavía pero muy escasamente. Taki ya no pinta, tatúa. Snibek, no sé qué pasó con él. Soez ya no pinta. Vena, tampoco sé qué fue de ella. No sé, simplemente se fueron yendo. Cambiaron las cosas, algunos se iban a estudiar a otro lado, otros empezaron a trabajar y estudiar, yo regresé a Cunduacán, el Mek se clavó ahí.
            Hubo talleres, en la última etapa. Stencil, serigrafía… Se pintaron las paredes de blanco. Al final cerró.
            Ahorita La Casa 27 es la casa donde vive elMek y donde tiene su negocio, de diseño y ondas así.
Recuerdo que lo primero que vi de ese compa fue su sticker: un tanquecito.









jueves, 14 de enero de 2016

“Los que empezamos el tatuaje en México éramos como jedis. No sabíamos mucho pero nos dejábamos llevar por la intuición”, entrevista con Alexander Tovar.

Por Carlos Dzul

Originario de Ciudad de México y fanático de Star Wars (es dueño de  una colección de aproximadamente 8 mil objetos relacionados con la franquicia) Alexander Tovar es uno de los tatuadores más buscados por la banda tabasqueña, y nos dejó entrar en su estudio privado, para compartirnos algunas de sus experiencias. Acá los highlights:
Dibujo
Yo dibujo desde que tengo uso de razón. Había una tía que desde chiquito me impulsó a pintar. Me regalaba caballetes, lienzos, acuarelas. Para mí eso era lo más chido, que me dieran un paquetón así, con gomas y colores. En la escuela hice periódicos murales, ganaba concursitos de dibujo. Siempre me distinguí por eso, por dibujar. 
Abuelo
Mi abuelo trabajó muchos años en Novedades Editores. Él y sus amigos trabajaban haciendo cómics. El Libro Vaquero, Kalimán, esas ondas. En su biblioteca tenía libros de Frank Frazetta, Boris Vallejo, Miguel Ángel. Un día le dije: enséñame a sombrear. Y me hizo ver un libro grande, la Divina Comedia, con las ilustraciones de Gustave Doré.  


Primeros tatuajes
    El primer tatuaje que hice fue una máscara del dios del odio, cuando tenía doce años, en el brazo de un amigo de mi abuelo. Un señor de unos cincuenta años de edad. Eduardo Velazco, se llamaba. Fue una inspiración para mí. Era un tipo que había viajado mucho, en su casa tenía una cabeza de oso, artesanías africanas; ir allí era como estar en un museo. Él me enseñó una máquina antigua de tatuar, como de los años cincuentas o sesentas, y me explicó de qué manera funcionaba.    
A la semana de hacerle el tatuaje de la máscara, yo me hice otro, en el trasero. Una calavera de cabello largo, con rosas alrededor. Una onda californiana. Un vato de la colonia me lo hizo. Te estoy hablando del año 85, antes del terremoto.  
Más tarde, cuando tenía unos 16, 17 años, comencé a ver esto como algo redituable. Me compré un set de plumones y hacía 'tatuajes' temporales; luego descubrí que alguien más estaba haciendo tatuajes permanentes, encima de mis dibujos. Uno de ellos era El Pájaro, un wey ambidiestro, que se tatuaba él mismo. Tú lo veías y tenía pinta de estilista, pero estaba todo tatuado. Le dije: quiero que me rayes. Fuimos a una combi, me limpio con una franela y me hizo una gárgola, una imagen que había tomado de un cómic muy viejo que tenía mi abuelo. Vi cómo lo hacía y aprendí. Después conseguí un motor de carrito, me armé una máquina y empecé a tatuar yo mismo a la banda de mi colonia, y a vatos de otras colonias que venían conmigo. Empecé a ganar lana y a tener una reputación, así, tatuando clandestinamente.
La clandestinidad
El tatuaje cuando yo empecé era algo superprohibido. Te hablo de la Ciudad de México, en los noventas. No había máquinas ni revistas, no había internet, no había nada. Era una actividad totalmente ilegal. Para tatuarte ibas a Tepito, lugares así. Yo estudiaba en una escuela de la UNAM y me vestía bien, pero tenía un tatuaje visible y eso era suficiente para que la policía te diera una madriza y te quitara tu dinero. ¡Qué te crees para andarte marcando, no eres un pinche animal!, te decían. Los que empezamos el tatuaje en México yo siempre digo que éramos como jedis. Construimos nuestro propio equipo. No sabíamos mucho pero nos dejábamos llevar por la intuición.
El oficio
Cuando acabé la preparatoria le dije a mis jefes: la carrera que quiero estudiar no existe. Ellos agarraron la onda. Si el diseño gráfico hubiera sido lo que es ahora, sin duda hubiera estudiado eso. Pero no existía y me metí a un periódico, aquí en Villahermosa, el Sureste de Tabasco. Yo no había tocado nunca una computadora pero en dos meses ya dominaba el Ilustrator y Photoshop. Soy un wey que aprende muy rápido. Después me fui a Ciudad Juárez. Trabajé en una revista en El Paso, Texas. Volví a Tabasco. Estuve un rato así, trabajando en periódicos. Llegué a ser jefe, de ilustración y fotoarte. Pero no me sentía completo, me daba flojera levantarme para ir a trabajar. Pensaba: qué estoy haciendo. Así que lo dejé y me puse a tatuar más. Me fui a Italia, me invitaron. Estuve cuatro, cinco meses allá. En el estudio donde trabajé, en el área de tatuaje, se ponía música clásica nada más. Tienen un concepto del arte bien diferente, allá. No hay rivalidades entre los artistas. Cada quien tiene una percepción diferente y uno no siente envidia de los demás, al contrario, los admira. Acá en México hay más un rollo de competencia, de a ver quién es el más chingón. 


Austin
Haz de cuenta que de 20 tatuadores cabrones que hay en el mundo, 10 son gringos y 5 viven en Austin. Yo llegué a la Calle 6, la más alocada de toda la ciudad, a un estudio abierto en donde cualquiera podía entrar sin cita. Había un montón de antros, a diestra y siniestra. Era un mar de gente borracha. Entonces yo vengo, de toda la calma de Italia, y me toca iniciar en Austin con el Biker Rally, que es la segunda reunión de bikers más grande de EU. Llegan como 40 mil motociclistas y se llenan todas las calles. Imagínate a esos cuates, barbones y sucios del viaje, haciéndose tatuajes de brazaletes, y en el estudio sonando puro death metal. Recuerdo que a las once de la noche me salí a llorar porque no podía más con la presión. Pero al día siguiente, cuando vi el dinero que había ganado, se me olvidó todo.
    En los cuatro años que estuve allí pude convivir con 70 o 90 tatuadores de todas partes del mundo, que llegaban por quince días, un mes. Conocí a un madrero de mis ídolos. Jason Brooks, Animal Montgomery, Chris Treviño... Fue muy chido conocer a esos cabrones. Me ayudó mucho a desarrollarme como artista. No eran mamones ni envidiosos. Asábamos carnes los domingos. Sacaban lienzos y nos poníamos a dibujar. Hacíamos fusiones de arte bien chidas. Eso en México no lo hacen. Aquí en Villahermosa, menos.
Chris Treviño
Es un dios del tatuaje. Lo mínimo que te hace ese cabrón es una manga. Lo conocí en una convención y es el tipo más adorable y más chido que te puedas imaginar. 
    El primer día que llegué a Austin salí a buscarlo. Yo lo único que sabía era que su estudio quedaba en la calle Guadalupe, que cruza toda la ciudad. Pues recorrí 53 cuadras, de las de Estados Unidos, que son enormes, y había llegado a un punto en donde estaba todo despoblado, cuando alcanzo a ver, en el crepúsculo, una pinche casita con este letrero: Perfection Tattoo. El estudio de ese cuate. Fue como llegar a El Dorado. Entro y en ese momento no estaba Chris. Pero estaba Bob Mureau, el maestro de Chris, que me regaló unas tintas y una playera. Imagínate.
New Generations
El tatuador mexicano de la vieja escuela, por sus mismas bases, debe ser muy versátil. El tatuador moderno puede darse el lujo de tener un estilo. Si le gusta el realismo, o lo tribal, se clava en eso y ya. Los tatuadores viejos no tuvimos ese rollo. Hacías la estrellita, o la florecita, o lo que sea que te pidieran, porque si no, no comías. No podíamos ponernos nuestros moños. Yo admiro a los tatuadores que tienen un estilo, aunque para mí, tenerlo sería desesperante. Yo soy ecléctico, un intérprete de sueños. Y cada sueño es distinto. Manejo líneas desde la 3 hasta la 11. Tengo máquinas para cada cosa. Para línea, sombreado, para color oscuro, para colores claros.
Ahorita hay un madrero de chavitos de 22 años que ya son unas malditas reatas tatuando. Eso tiene una lógica. Hoy compras una máquina de tatuar en cualquier tienda. Venden agujas, venden de todo. Hay mil tutoriales en internet y puedes contactar a los artistas directamente en Instagram. Nosotros no tuvimos nada de eso.
El tatuaje en Tabasco
Aquí hay muy buenos artistas. A mí me ha tocado ver el desarrollo de todos, a pesar de que no haya una amistad tan estrecha entre nosotros, porque ninguno tiene tiempo de socializar: Guti Balam, El Tepi, Monkey, Rusell, Tamara, Sansón. Hay varios.


No tatúo de todo
Retratos no hago, porque no estoy especializado en ello. Mejor te mando con alguien que sí es chido en eso. No hago pornografía ni palabras altisonantes ni ninguna cosa que pueda ser ofensiva para alguna religión. Aunque yo no crea en la virgen de Guadalupe, nunca te voy a hacer una virgen en ligueros o desnuda, ni te voy a hacer un Cristo con un pito.
Recuerdo que una vez llegó un chavo, a quien se le había muerto su papá, y me dice, llorando: quiero tatuarme una lápida con su nombre y flores y… Le dije: cállate, cabrón. Y le expliqué que los tatuajes dedicados a personas que ya no están en este plano terrenal, deben ser un homenaje a su vida, nunca un recuerdo de su muerte. Le pregunté: ¿cuál es el recuerdo más chingón que tienes de tu papá? Me dijo: pues cuando me llevó a conocer el mar. Pues allí está, le dije, y le diseñé un escudo con el nombre de su papá, y el mar, y la silueta de ambos, tomados de la mano. Debes hacer imágenes agradables de las cuales nunca de arrepientas.
En conclusión
 Mucha gente me tacha de mamón: pinche vato, no contesta los mensajes. Pero quienes me conocen saben cuál es la verdad. Estoy un punto en mi vida en que no me hace falta nada. Y tengo los pies bien puestos en la tierra. Me dicen por qué no te compras un carro, y les respondo que no lo necesito. Si me comprara uno sería un Camaro, un Mustang, y esos carros son para tenerlos guardados. No soy creyente. No tengo tele. Vivo con mi novia. Llevo una pinche vida muy rélax. Estoy en paz conmigo mismo.